martes, 2 de noviembre de 2010

Carta de Fernando González

Estimados compañeros y amigos de Fabrica OLMOS,

He dedicado gran parte de mi vida a nuestra querida fábrica, aprendiendo y creciendo junto a ustedes, donde siempre me he considerado uno más, pese a los diferentes roles que me ha tocado cumplir, compartiendo momentos buenos, malos, y de honda tristeza, como los que hoy nos han sumergido en este estado de angustia, depresión y desconsuelo, por ver cada día más lejos la posibilidad de retomar el rumbo del trabajo, y sobre todo por haber perdido algo tan valioso como la unión, el compañerismo, la solidaridad y el ser auténticos a la hora de defender nuestros derechos, como ocurriera 10 años atrás, cuando junto al pueblo marchamos todos los trabajadores, sin excluidos, en busca de un objetivo común.

Hoy veo con orgullo como un grupo de personas, compañeros y amigos de tantos años, han tenido la capacidad y valor, para mostrar un camino alternativo absolutamente válido, por su honestidad, sinceridad, inteligencia y compromiso social, devolviéndonos esa cuota de esperanza necesaria, ante una propuesta  que considero carente de legitimidad, como la cooperativa, puesto que no ha sido propia de los trabajadores de nuestra querida empresa, sino impuesta por personas a las que poco les interesa el futuro y destino de nuestras familias, sino la demostración de que el camino de la autogestión y control obrero son la única alternativa valida para que este alcance una vida digna.
No soy quien para dar lecciones de moral o ética, ni quiero polemizar o entrar en temas políticos o filosóficos,  pero si me siento con la obligación y derecho a dar mi punto de vista, diferenciando lo que es la lucha honesta y respetuosa por un derecho, a la imposición autoritaria de una idea, que reitero, solo persigue un mejor posicionamiento político de personas que siquiera pertenecen a nuestra empresa.

Leyendo las reflexiones de Darwin, a quien conozco hace muchos años y con el que he tenido la suerte de trabajar en muchos proyectos de gran valor para la empresa, no me queda más que adherir a esta causa, porque reúne todo en lo que yo creo, la defensa de nuestros derechos respetando a los demás, el uso de la razón y no la fuerza para alcanzar nuestros ideales, estar abiertos a la diversidad, atendiendo todas aquellas propuestas y alternativas que persigan objetivos comunes, y sobre todo, estar dispuestos a admitir nuestros errores, y si es necesario dar un paso al costado, lo que hace a la grandeza de las personas de bien. 

A todos los trabajadores de Olmos, les pido unos minutos de reflexión, si bien con muchos tuve la oportunidad de hablar en el mes de diciembre pasado, alertándolos sobre el riesgo que se corría de perder nuestra fuente de trabajo si permitían que parara la fabrica, incluso hasta lo hablé con algunos integrantes de la actual directiva de ALIOFO, lamentablemente no lo entendieron, seguramente esta dirigencia asumió compromisos con integrantes del sunca o el propio gobierno, a cambio de .... promesas, que el tiempo lentamente ha ido apagando. El poder es un arma peligrosa si no se sabe manejar con responsabilidad y prudencia, resulta más sencillo imponer que convencer, gritar a escuchar, y esto no es una crítica al gremio institución, porque creo en ello, sino a las personas de turno, que lamentablemente padecen una ceguera emocional muy severa, que no les esta dejando ver la realidad, cayendo en un dogmatismo utópico que terminara cercenándole a un pueblo la libre elección de su futuro.
Piensen en su futuro, el de sus hijos, la vida es muy dura, no lo hipotequen en una aventura tan arriesgada, que hoy como hace un año, reitero, está condenada al fracaso.
Hoy tenemos una propuesta realista, PLAN B, creo en ella, sus postulados, sus principios, y sobre todo en la gente, espero que la cordura nos ubique finalmente en el sitio del que nunca nos debimos haber alejado, donde el interés colectivo reina sobre el personal, las ideas sobre la fuerza, los valores y principios son nuestro más preciado tesoro, que el fin no justifique los medios, y que nuestros hijos sientan orgullo de lo que hacemos, porque al final son los que da sentido a nuestras vidas y es por quien luchamos tanto.

Súmense, dense una OPORTUNIDAD, no queda mucho tiempo.

Saludos a toda la familia Olmos, sin excepciones, espero que la dirigencia de ALIOFO con la que tantas horas he compartido, sepan aceptar esta crítica, así como yo he aceptado la de todos Uds.

Fernando González